El Gobierno planea eliminar de manera paulatina la tributación conjunta del IRPF al generar desincentivo a la participación del 2º perceptor.
Tributación conjunta a la baja desde hace años. La Agencia Tributaria prevé recibir en la campaña de la renta de 2020 más de 3,2 millones de declaraciones conjuntas, un 7,1% menos.
Dentro de las medidas remitidas a Bruselas en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia una que llama la atención, más todavía si estamos en plena campaña fiscal, es la propuesta para eliminar la opción de tributación conjunta.
No se haría de un día para otro, sino de forma paulatina, reduciendo los supuestos para que cada vez menos gente se acoja a dicha norma o no sea rentable hacerlo.
El Gobierno ha querido limitar los efectos de esta noticia aclarando que simplemente está en estudio.
¿Cuándo se espera este cambio en la tributación?
El Gobierno esperará el dictamen del comité de expertos que ha convocado, que como muy pronto tendrán conclusiones a principios de 2022, por lo que como muy pronto la reforma no se aplicaría hasta 2023 y tendría efectos en la declaración que se presente al año siguiente.
Afecta sobre todo a rentas medias, pero también a aquellos que tienen rentas bajas porque uno de los dos cónyuges trabaja de forma esporádica.
Según la Airef, el coste total de este incentivo asciende a 2.293 millones, y los beneficiarios son 4,2 millones de personas, 2,1 millones de hogares.
¿Qué supone para los contribuyentes?
Supondría una subida de impuestos para aquellos que se acogen a esta fórmula. Se puede comprobar lo que tocaría ingresar o que nos devuelvan en la comparativa entre conjunta e individual al hacer la declaración.
Se establecería un régimen transitorio de eliminación del sistema para no perjudicar a las familias con menor capacidad de adaptar sus decisiones de participación a la nueva situación y compensar el posible efecto negativo con nuevos incentivos a la participación laboral de las mujeres.
En ese documento, la AIReF abogaba por suprimir el sistema de tributación conjunta, que supone una pérdida de recaudación, porque desincentiva la participación laboral de las mujeres, aunque sí admitía que cumple su objetivo de beneficiar a los hogares con un único preceptor de rentas.
Las familias donde los salarios son menores también se pueden ver afectados, sobre todo si uno de ellos tiene un trabajo temporal, solo trabaja una parte del año de forma habitual.
En el caso de que uno de los miembros no trabaje porque simplemente se ve obligado a cuidar de un familiar mayor, dependiente en muchos casos, hijos con minusvalías que necesiten más atención y apoyo.
Ellos también sufrirían una subida de impuesto, precisamente cuando se han visto obligados en muchos casos a dejar de trabajar por la falta de ayudas de la propia administración.